(III) Como capacitación principal desde la que afrontar el emprendimiento digital
Podemos diferenciar dos estrategias principales para que el profesional TIC con inquietud emprendedora sume a su iniciativa la capacitación necesaria sobre negocios. La primera es la de sumar al equipo un perfil no técnico para formar tándem. La segunda, y en la que me voy a centrarme, es que los perfiles TIC crezcan para asumir directamente esas competencias.
Una de las discusiones más enriquecedoras que he podido ver sobre el mundo de las startups TIC se produjo el año pasado entre Enrique Dans y David Bonilla al hilo de un post del primero sobre la calidad de los perfiles TIC. El gran valor de los comentarios que se volcaron en las discusiones posteriores y, sobre todo, conocer algunas de las experiencias que allí se cuentan en primera persona, refuerzan la tesis de que el potencial de muchos perfiles TIC va más allá de lo meramente tecnológico, y de que la vía hacia el emprendimiento digital en la que dichos perfiles asumen la capacitación empresarial existe y es viable.
Si en mi anterior post de la serie mencionaba el artículo del “Harvard Business Review” titulado “Should MBAs learn to code?”, podemos darle la vuelta al argumento y, si nos fijamos en las herramientas más populares en cuanto a metodologías para la creación de startups, es perfectamente factible afrontar el emprendimiento digital desde la siguiente pregunta: “¿Deben los Ingenieros Informáticos aprender metodologías “lean”, practicar el “customer development” y utilizar el “business model canvas” como soporte? La respuesta es sí, sin ninguna duda.
Pensemos por ejemplo en la última de las herramientas citadas, el business model canvas. La enorme popularidad del canvas se debe a su utilidad como lenguaje y, en consecuencia, herramienta para la comunicación. En un mundo como el de las startups en el que se necesita mucha agilidad para plasmar, compartir, contrastar y reescribir un posible modelo de negocio, la existencia de un lenguaje simple, compartido y entendido por todos los implicados (emprendedores, clientes, mentores, inversores) es la pieza que completa el puzzle de metodologías. Por esa razón se generan tantas sinergias entre las propuestas de Blank, Ries y Osterwalder: se cuenta con un lenguaje estándar para vehicular la comunicación con otros agentes, lo que facilita explorar y rehacer continuamente modelos de negocio, practicar el “get out of the building” con algo que contrastar en tu mano y sobre lo que plasmar las revisiones para reiniciar el ciclo.
Tenemos por tanto que, si analizamos el origen de la utilidad del canvas, vemos que de hecho lo que propone es un lenguaje de modelado. Simplificado y sin excesivos formalismos, pero modelado al fin y al cabo, lo que a fin de cuentas es un concepto que no le será ajeno a ningún ingeniero informático. ¿Metodologías lean? ¿Iteraciones? El Agile Software Development tampoco es precisamente un desconocido.
No parece por tanto que para un perfil TIC las herramientas modernas de modelado de negocios startup supongan un reto insalvable, así que... ¿te animas a dar el salto?
Una de las discusiones más enriquecedoras que he podido ver sobre el mundo de las startups TIC se produjo el año pasado entre Enrique Dans y David Bonilla al hilo de un post del primero sobre la calidad de los perfiles TIC. El gran valor de los comentarios que se volcaron en las discusiones posteriores y, sobre todo, conocer algunas de las experiencias que allí se cuentan en primera persona, refuerzan la tesis de que el potencial de muchos perfiles TIC va más allá de lo meramente tecnológico, y de que la vía hacia el emprendimiento digital en la que dichos perfiles asumen la capacitación empresarial existe y es viable.
Si en mi anterior post de la serie mencionaba el artículo del “Harvard Business Review” titulado “Should MBAs learn to code?”, podemos darle la vuelta al argumento y, si nos fijamos en las herramientas más populares en cuanto a metodologías para la creación de startups, es perfectamente factible afrontar el emprendimiento digital desde la siguiente pregunta: “¿Deben los Ingenieros Informáticos aprender metodologías “lean”, practicar el “customer development” y utilizar el “business model canvas” como soporte? La respuesta es sí, sin ninguna duda.
Pensemos por ejemplo en la última de las herramientas citadas, el business model canvas. La enorme popularidad del canvas se debe a su utilidad como lenguaje y, en consecuencia, herramienta para la comunicación. En un mundo como el de las startups en el que se necesita mucha agilidad para plasmar, compartir, contrastar y reescribir un posible modelo de negocio, la existencia de un lenguaje simple, compartido y entendido por todos los implicados (emprendedores, clientes, mentores, inversores) es la pieza que completa el puzzle de metodologías. Por esa razón se generan tantas sinergias entre las propuestas de Blank, Ries y Osterwalder: se cuenta con un lenguaje estándar para vehicular la comunicación con otros agentes, lo que facilita explorar y rehacer continuamente modelos de negocio, practicar el “get out of the building” con algo que contrastar en tu mano y sobre lo que plasmar las revisiones para reiniciar el ciclo.
Tenemos por tanto que, si analizamos el origen de la utilidad del canvas, vemos que de hecho lo que propone es un lenguaje de modelado. Simplificado y sin excesivos formalismos, pero modelado al fin y al cabo, lo que a fin de cuentas es un concepto que no le será ajeno a ningún ingeniero informático. ¿Metodologías lean? ¿Iteraciones? El Agile Software Development tampoco es precisamente un desconocido.
No parece por tanto que para un perfil TIC las herramientas modernas de modelado de negocios startup supongan un reto insalvable, así que... ¿te animas a dar el salto?
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