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El blog de Mikel Niño
Industria 4.0, Big Data Analytics, emprendimiento digital y nuevos modelos de negocio

La figura del Autónomo como índice de nuestro ecosistema emprendedor

En la línea de anteriores entradas en las que hablábamos de cómo el tradicional modelo de empresa entendida como “empresario + trabajadores por cuenta ajena” está dando paso, dentro de este ecosistema intensivo en fomento del emprendimiento, a esquemas de equipos multidisciplinares, conformados por proyecto, y con personas de perfil autónomo y distribuido (y en la mayoría de los casos sin oficina o sede fija), este extenso artículo publicado en El Mundo el pasado 8 de noviembre y escrito por Carlos Otto (una de las recientes apariciones en mi lista de bloggers recomendados) viene a aportar datos extraídos de diferentes estudios e informes que nos ayudan a tener una imagen más clara de esta tendencia a nivel global y en nuestro entorno más cercano.

Más allá de las comparaciones con otras geografías donde la figura del emprendedor freelance o autónomo quizá tenga un mayor arraigo histórico, lo que parece claro por el artículo es que en España la tendencia empieza a ser significativa, más aún cuando hablamos de proyectos en el entorno digital, a juzgar por el informe Infojobs Freelance 2014 citado en el artículo. De todas maneras, aunque como se dice en el artículo muchas de estas profesiones digitales podrían desarrollarse completamente a distancia (lo que facilitaría ese enfoque de “equipos nómadas” que hemos comentado en otras ocasiones), la realidad en nuestro contexto aún es tozuda y, al menos por el contraste que he podido hacer con profesionales cercanos, aún existe una cierta barrera psicológica ante la perspectiva de contratar a alguien para que realice un proyecto para nosotros sin verle la cara en absoluto, a pesar de existir las herramientas para comprobar rigurosamente la calidad de un trabajo digital hecho a distancia.

Por otra parte hay dos aspectos importantes que comenta Carlos Otto y que no quería dejar pasar inadvertidos, ya que pueden ayudar a no interpretar las tendencias y las cifras en frío y a comprender realmente lo que está pasando en nuestro  contexto más cercano. Uno es el hecho de que, aunque se haya llegado a una cierta estabilidad en el número total de profesionales que se dan de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social, existe por detrás una gran inestabilidad en el perfil de autónomo ya que se observa un elevado volumen de altas y de bajas, lo cual queda enmascarado al compensarse y arrojar como resultado una cifra “estable”. El otro aspecto es el potencial abuso que en determinados casos se hace de la figura formal del Autónomo, usándola desde las empresas como vía para ahorrarse los costes de la cotización de sus empleados. Ambos aspectos deberían ser tenidos en cuenta en todo análisis que pretenda extraer conclusiones respecto a nuestro “ecosistema emprendedor” basándose en cifras que quizá oculten por detrás realidades no tan prometedoras.

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