Val Jon Farris propone abandonar la visión del líder y del liderazgo quizá contaminada por su origen basado en una imagen autoritaria y controladora, sobre todo considerando que las generaciones más jóvenes, a medida que den el paso hacia su desempeño profesional, lo harán con un esquema de valores más cercano a las redes de colaboración que a las jerarquías tradicionales.
El planteamiento de Val Jon Farris busca estrategias diferentes al enfoque tradicional del liderazgo para desarrollar los talentos de las personas y maximizar su rendimiento, indicando por ejemplo que la asociación que hacemos entre los procesos de desarrollo de las personas y que ello se deba al efecto de unas características o circunstanias entendidas como "líderazgo" puede ser erronea (de hecho se muestra muy crítico con los habituales programas de formación en las empresas para un supuesto "desarrollo del liderazgo", después de haber trabajado él mismo durante años ofreciendo dichos programas).
Señala asimismo que es difícil alcanzar hoy en día un consenso de qué entendemos por liderazgo y cómo debería desarrollarse. Respecto a eso último, apunta a la aparente contradicción entre la propia definición del término (el que lidera necesita que otros le sigan) y el querer fomentar que todo buen profesional sea un buen líder. Val Jon Farris resume esta idea en una sencilla frase pero que invita a una interesante reflexión:
El planteamiento de Val Jon Farris busca estrategias diferentes al enfoque tradicional del liderazgo para desarrollar los talentos de las personas y maximizar su rendimiento, indicando por ejemplo que la asociación que hacemos entre los procesos de desarrollo de las personas y que ello se deba al efecto de unas características o circunstanias entendidas como "líderazgo" puede ser erronea (de hecho se muestra muy crítico con los habituales programas de formación en las empresas para un supuesto "desarrollo del liderazgo", después de haber trabajado él mismo durante años ofreciendo dichos programas).
Señala asimismo que es difícil alcanzar hoy en día un consenso de qué entendemos por liderazgo y cómo debería desarrollarse. Respecto a eso último, apunta a la aparente contradicción entre la propia definición del término (el que lidera necesita que otros le sigan) y el querer fomentar que todo buen profesional sea un buen líder. Val Jon Farris resume esta idea en una sencilla frase pero que invita a una interesante reflexión:
"If everyone needs to be a leader who will remain to follow?"
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