Cuando hablamos de esas diferentes capas de la pila tecnología estamos considerando componentes como el sistema de gestión de base de datos, el servidor web, elementos intermedios para la lógica de la aplicación, el diseño de la interfaz, etc. De esa manera tenemos hoy en día propuestas interesantes como la “pila MEAN”, que ya citábamos al hablar del sistema de bases de datos no relacionales MongoDB, que se completa con Node.JS actuando como servidor web, Express como framework para facilitar la construcción de las funcionalidades de dicho servidor web y Angular.JS como framework para la parte front-end, y que conforman una propuesta de desarrollo integral con el lenguaje JavaScript como nexo en común de todos los niveles.
En otros contextos este concepto de desarrollo integral se ha extendido más allá de las capas meramente tecnológicas, de manera que se utiliza la expresión “full-stack developer" para referirse a un perfil de profesional que domina ya no sólo un conjunto de herramientas que cubren todas las capas de un producto digital, sino que también incluye los conocimientos y competencias necesarias para manejarse con soltura con aspectos ligados a la experiencia de usuario, e incluso al entendimiento de las necesidades del negocio y la aportación de valor al cliente. En esta línea tenemos por ejemplo esta recopilación de conocimientos a dominar por un full-stack developer, recogidos en una entrada de agosto de 2012 en el blog de Laurence Gellert.
En los últimos tiempos este concepto también ha sufrido una cierta revisión, ampliando los elementos relativos al negocio y a su construcción basada en las metodologías que hoy en día manejamos habitualmente al hablar de emprendimiento y de orientación al cliente: metodologías ágiles, lean startup, desarrollo de clientes, design thinking, ... Surgen así propuestas como la de Alex Cowan con el concepto de “full-stack product person”, integrando todos estos elementos en un compendio de conocimientos y competencias que abarca desde los aspectos tecnológicos de bajo nivel hasta la capacidad de poner en práctica los métodos y herramientas ligadas a la exploración de negocio dentro de una startup.
En otros contextos este concepto de desarrollo integral se ha extendido más allá de las capas meramente tecnológicas, de manera que se utiliza la expresión “full-stack developer" para referirse a un perfil de profesional que domina ya no sólo un conjunto de herramientas que cubren todas las capas de un producto digital, sino que también incluye los conocimientos y competencias necesarias para manejarse con soltura con aspectos ligados a la experiencia de usuario, e incluso al entendimiento de las necesidades del negocio y la aportación de valor al cliente. En esta línea tenemos por ejemplo esta recopilación de conocimientos a dominar por un full-stack developer, recogidos en una entrada de agosto de 2012 en el blog de Laurence Gellert.
En los últimos tiempos este concepto también ha sufrido una cierta revisión, ampliando los elementos relativos al negocio y a su construcción basada en las metodologías que hoy en día manejamos habitualmente al hablar de emprendimiento y de orientación al cliente: metodologías ágiles, lean startup, desarrollo de clientes, design thinking, ... Surgen así propuestas como la de Alex Cowan con el concepto de “full-stack product person”, integrando todos estos elementos en un compendio de conocimientos y competencias que abarca desde los aspectos tecnológicos de bajo nivel hasta la capacidad de poner en práctica los métodos y herramientas ligadas a la exploración de negocio dentro de una startup.
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