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El blog de Mikel Niño
Industria 4.0, Big Data Analytics, emprendimiento digital y nuevos modelos de negocio

Alineando la visión y objetivos del equipo y el flujo de trabajo de la startup gracias a Lean Startup y al desarrollo de clientes

Un interesante beneficio añadido de la práctica de métodos como Lean Startup y desarrollo de clientes es que, dentro de su especial enfoque hacia gestionar entornos de incertidumbre como la creación de una startup, pueden contribuir a la alineación de la visión del equipo (que como ya vimos no es algo precisamente trivial) en torno a unos objetivos comunes y, de hecho, proporcionar un marco más estable para el flujo de trabajo que evite la gestión "por crisis" o "por contrarreloj".

El entorno de una startup y los primeros pasos de creación de un producto digital se caracterizan por las ganas y empuje iniciales para conseguir los primeros contactos comerciales que avalen de alguna manera la validez de nuestra apuesta. La cercanía de una presentación, una demo, una prueba ante un cliente, ... pueden acelerar las pulsaciones de todo el equipo y motivarlo para hacer ese esfuerzo extra.

El problema aparece si todos estos hitos no forman parte de un plan de trabajo elaborado conjuntamente con esos potenciales clientes a los que pedimos que formen parte de este proceso. Cuando el trabajo de la startup se mueve "a ritmo de demo" corremos el riesgo de caer en una gestión de momentos de crisis (en los que de repente hay que dar el 200% porque se nos presenta una oportunidad), lo que genera una gran zozobra en la organización en aquellos momentos en los que no se generan esos hitos comerciales (que no dejan de ser hitos sobrevenidos que traccionan de manera poco predecible y sostenible del desarrollo del producto), ya que de repente desaparece el objetivo hacia el que mirar y el producto puede crecer en un rumbo mal orientado.

La aplicación de métodos como Lean Startup y desarrollo de clientes, sin aspirar a ser una receta mágica que nos va a garantizar el éxito en todos los casos o convertirnos en el próximo Google, nos proporciona una estabilidad a la hora de orientar la organización, gracias a unos flujos de trabajo y unos hitos de interacción con el mercado que pueden ser planificados de antemano y acordados con los potenciales clientes, dentro de un proceso de co-creación en el que (no conviene olvidarlo) debemos garantizar un mínimo valor a dichos "clientes piloto" como contrapartida a su implicación. Gracias a ello conseguiremos mantener unas líneas claras de desarrollo y evolución del producto, y al mismo tiempo evitaremos caer en modelos de gestión "de crisis" o en el efecto "ciclo de muerte" para nuestro producto.

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