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El blog de Mikel Niño
Industria 4.0, Big Data Analytics, emprendimiento digital y nuevos modelos de negocio

El papel de la motivación en el emprendimiento

Uno de los conceptos de los que más se habla en materia de gestión de organizaciones y equipos de trabajo, y que también cobra relevancia en un ecosistema en el que se intensifica el fomento del emprendimiento, es de la motivación. Normalmente asociamos el tener motivación con un estado de ánimo feliz y positivo, al cual queremos llevar a la gente en la que queremos generar motivación, o bien en el que queremos situarnos a nosotros mismos para emprender un proyecto. Sin embargo podemos ir un poco más allá y extender nuestra reflexión para comprender la motivación e interpretar lo que nos impulsa o nos frena a la hora de emprender. Esta reflexión extendida se basa en una propuesta muy interesante de Alfonso Alcantara y que se resume en la siguiente frase: "Motivación no es tener ánimo, motivación es tener motivos"Este giro nos abre la puerta a un interesante panorama de interpretaciones.

Como primer paso reflexionemos sobre un aspecto crucial en la gestión de organizaciones: la necesidad del cambio. ¿Por qué en algunas personas es tan patente el impulso para el cambio y la innovación, y en otras por el contrario lo que predomina es la inercia al inmovilismo y mantener el statu quo? No estamos hablando de estados de ánimo sino de motivos. Decía Antoni Flores que "un entorno seguro y tradicional no otorga motivación". Yo matizaría esa afirmación diciendo que sí otorga motivación (entendida como motivos) pero a negar el cambio, ya que disfrutar de un entorno así te puede dar todos los motivos del mundo para querer jugar el papel de saboteador del cambio. La clave aquí está en aflorar los motivos que tiene la persona y construir nuevos motivos que le hagan superar la sensación de "falsa seguridad" que proporciona el inmovilismo y así apostar por el cambio como única constante.

Siguiendo con esta interpretación de la motivación y entrando en el emprendimiento, nos podemos preguntar: ¿qué nos motiva a emprender? Solemos hablar de conceptos como la vocación para trabajar en un problema concreto que te apasiona, la necesidad de autonomía y asumir nuevos retos, las ganas de aprender en el camino... ¿Podríamos lograr satisfacer estas necesidades en un entorno organizativo mayor, sin tener que emprender? En principio sí, aunque quizá sea complicado encontrar organizaciones donde uno tenga la capacidad individual de desarrollar todos estos objetivos. En este sentido emprender se presenta como la vía más adecuada para poder conseguirlos, aunque no exenta de complicaciones ya que puede que choque con nuestro modo de vida si uno de nuestros motivos es lograr un equilibrio más satisfactorio entre nuestra vida familiar y los retos profesionales.

De todas maneras no debemos olvidar un cierto "lado oscuro" del emprendimiento cuando tus motivos son simple y llanamente la necesidad de trabajar para ganarte la vida, en un entorno socioeconómico donde encontrar trabajo por cuenta ajena se vuelve más complicado. Como muy bien me resumía una amiga emprendedora, el motivo de muchos emprendedores (de esos que no suelen aparecer en las revistas de negocios) se basa en que "unas veces se gana y otras... se emprende". Como podemos ver hay muchas motivaciones diferentes detrás de un impulso emprendedor, y debemos entender las que guían cada caso para entender el ecosistema emprendedor en toda su profundidad.

2 comentarios:

  1. Claramente, y a pesar de que los modelos de psicología parecen estar todos inventados, hay una infinidad de diferentes instanciaciones de los mismos, casi tantos como individuos y/o motivos para el cambio (incluyendo las actividades partisanas para el no-cambio). Al 100% de acuerdo con lo dicho.
    Pero, antes de empezar a reflexionar sobre diferentes perfiles de "innovadores", aclarar que tengo en mente la pirámide ampliada de Maslow, la denominada Jerarquía de la Necesidades Humanas, y sus niveles superiores, el Reconocimiento y la Auto-realización, y el nivel inferior de la Seguridad. Si a alguien no le gusta este modelo, no se preocupe, tengo otros.
    Vamos por partes, y dejando constancia que el objetivo del análisis y reflexión que planteo no es, bajo ninguna circunstancia, emitir juicios de valor ni establecer una doctrina jurisprudente sobre lo que es y no es emprendizaje, ni cuáles son los motivos "puros" ni "adecuados" para un "buen emprendedor". Me limitaré a describir la realidad tal y como la percibo, relacionando motivaciones y actividades emprendedoras, en un intento de aportar positivamente a la reflexión de Mikel . Si fracaso, será por haberlo intentado.
    [La clasificación, en el siguiente comentario, he superado el límite de caracteres por comentario. El Universo intenta decirme algo...]

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  2. [Continuación del comentario anterior]

    ***Emprendizaje "outdoor": podríamos decir que el clásico, fuera de las "grandes instituciones", y con un abanico extremadamente amplio. Tenemos desde los ideólogos-activistas libertarios ("Ni ley ni Amo") a los que impulsa la Auto-realización (Moralidad/Ideología, Creatividad, Resolución de Problemas) hasta los mercenarios del emprendizaje en el "Lado Oscuro" que señala Mikel, impulsados por la necesidad de Seguridad (de empleo, de recursos, etcétera) que la actual situación socioeconómica les impide saciar en las empresas establecidas; en medio, entre otros, los Agraciados con una Idea que necesitan llevar adelante, impulsados por la necesidad de Reconocimiento ([Auto]reconocimiento mediante éxito, bien en los objetivos -la idea funciona- o en los procesos -lo he intentado, he dado lo mejor de mi mismo y he aprendido, por tanto no hay fracaso... absoluto-). El recorrido de cada perfil puede ser más o menos largo, más o menos intenso, más o menos fructífero, pero siempre condicionado por el entorno y los motivos subyacentes: nada detendrá nunca a los activistas, si fracasan, porque deben volver a levantarse y seguir, si triunfan, porque deben difundir el éxito; solamente el Reconocimiento puede detener a los Agraciados (si requieren de Reconocimiento Continuo entonces es un activista de si mismo; si el reconocimiento tiene fecha de caducidad entonces vuelven a empezar pero más sabios y con más recursos); a la mínima oportunidad de conseguir volver al interior, el Mercenario abandona armas y bagajes emprendedores y se instala como un buen aparatchnik. Atención: los seres humanos (afortunadamente) evolucionamos, así que el emprendedor también lo hace, y puede cambiar su motivación y por tanto su perfil y recorrido.

    ***Emprendizaje "indoor": usualmente, la revolución de las pequeñas cosas dentro de las "grandes instituciones". ¿Por qué pequeñas cosas? Porque cambiar las grandes requieren Revoluciones con mayúsculas, y eso suele quedar fuera del alcance del emprendedor interno (o no, la constancia y la acumulación de fuerzas pueden llevar a los emprendedores muy lejos, incluso a tomar el Palacio de Invierno). En el campo de las pequeñas cosas tenemos a los emprendedores y sus antipartículas, los adalides del no-cambio... propio: los primeros, motivados por la Auto-realización y/o el Reconocimiento, tratan de romper los círculos viciosos ("esto siempre se ha hecho así", el colesterol malo de las arterias institucionales) y reemplazarlos por círculos virtuosos ("podemos hacerlo mejor, todos juntos"), se centran en lo que se puede mejorar; los segundos, motivados por la necesidad de Seguridad ("sin Seguridad, llega ¡el Caos!"), combaten las iniciativas de cambio con diferentes estrategias según su personalidad, capacidad o motivación (los "Inertes", fían en la inercia y el rozamiento para no hacer nada y que nada cambie; los "beligerantes", optan por la oposición frontal y estentórea, los "falsos", que aplauden el cambio para los demás mientras obstaculizan de diferentes y sutiles maneras el cambio que les afecta), pero casi siempre son motivaciones de la base de la pirámide, primarias, centrándose en lo que pueden perder. Evolución versus statu-quo.

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