El concepto de Industrie 4.0 nace en Alemania en 2011 como una iniciativa promovida por agentes tanto públicos y privados, aunando también representantes académicos y de la industria. La iniciativa, apoyada por el gobierno alemán dentro de su estrategia a largo plazo, buscaba reforzar el desarrollo y competitividad de la industria manufacturera alemana a través de una progresiva adopción de tecnologías (a modo de “cuarta revolución industrial”, de ahí la elección del término Industrie 4.0), con el concepto de Internet of Things/Services como principal exponente de estos avances tecnológicos a integrar.
Con estas premisas se constituye un grupo de trabajo para desarrollar las líneas maestras de dicha estrategia, que quedan recogidas en su informe final “Umsetzungsempfehlungen für das Zukunftsprojekt Industrie 4.0” (disponible también en inglés) publicado en abril de 2013. Como se describe en este informe, la introducción de la “Internet de las Cosas/Servicios” en los elementos de una planta de producción daría lugar a “Sistemas Ciber-Físicos” (Cyber-Physical Systems, CPS). Bajo esta definición se englobarían los diferentes elementos y medios de producción dotados de “inteligencia” y capacidad de almacenar e intercambiar información, pudiendo así no sólo registrar su histórico y diagnosticar su estado actual, sino también demandar y activar acciones de manera autónoma implicando a otros elementos de la planta interconectados de la misma manera. El término “smart factory” se acuña para denominar a la fábrica así construida.
Este informe también identifica una serie de áreas clave donde deben desarrollarse las políticas y acciones que implanten esta estrategia. Este plan abarca muy diferentes áreas y conceptos (infraestructuras de conectividad, estandarización de arquitecturas, seguridad, organización del lugar de trabajo, desarrollo profesional, marco regulativo, eficiencia en el consumo de recursos, etc.). Más allá de la amplitud de áreas abarcadas y de lo ambicioso de la estrategia, lo que está claro es que su adopción ofrece un marco de gran interés para el desarrollo de nuevos modelos de negocio fuertemente basados en tecnologías digitales, donde herramientas como las técnicas semánticas, el Big Data, la minería de datos y la analítica predictiva tienen mucho que aportar.
Con estas premisas se constituye un grupo de trabajo para desarrollar las líneas maestras de dicha estrategia, que quedan recogidas en su informe final “Umsetzungsempfehlungen für das Zukunftsprojekt Industrie 4.0” (disponible también en inglés) publicado en abril de 2013. Como se describe en este informe, la introducción de la “Internet de las Cosas/Servicios” en los elementos de una planta de producción daría lugar a “Sistemas Ciber-Físicos” (Cyber-Physical Systems, CPS). Bajo esta definición se englobarían los diferentes elementos y medios de producción dotados de “inteligencia” y capacidad de almacenar e intercambiar información, pudiendo así no sólo registrar su histórico y diagnosticar su estado actual, sino también demandar y activar acciones de manera autónoma implicando a otros elementos de la planta interconectados de la misma manera. El término “smart factory” se acuña para denominar a la fábrica así construida.
Este informe también identifica una serie de áreas clave donde deben desarrollarse las políticas y acciones que implanten esta estrategia. Este plan abarca muy diferentes áreas y conceptos (infraestructuras de conectividad, estandarización de arquitecturas, seguridad, organización del lugar de trabajo, desarrollo profesional, marco regulativo, eficiencia en el consumo de recursos, etc.). Más allá de la amplitud de áreas abarcadas y de lo ambicioso de la estrategia, lo que está claro es que su adopción ofrece un marco de gran interés para el desarrollo de nuevos modelos de negocio fuertemente basados en tecnologías digitales, donde herramientas como las técnicas semánticas, el Big Data, la minería de datos y la analítica predictiva tienen mucho que aportar.
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